TIFÓN DE DEPOSICIONES: EL PROGRAMA DE JOSÉ OBDULIO

Publicado por Kain Hellraiser


Bienvenidos sean todos ustedes, cófrades de la inmundicia, a esta nueva sección dedicada a enaltecer la más nauseabunda y putrefacta materia fecal televisiva, rebosante y maloliente gracias a ese sanitario averiado llamado Colombia, pozo séptico al que ningún plomero o "saca-caca" se atrevería a meterle mano. Para inaugurar esta suciedad de sección, hemos decidido traer a ustedes una verdadera deyección televisiva, una cagada de rayos catódicos de proporciones bíblicas / diluvianas protagonizada por la versión ñapanga, alopécica y mediocre de Rudolf Hess, también conocido como "el sol" ideológico del agonizante Uribismo, el adalid de la tontería, el bufón José Obdulio Gaviria, y su programa titulado -de forma muy original y creativa - "El Programa de José Obdulio"

Sobre las sandeces ideológicas que expele este "iluminado" - tan frecuentes como las deposiciones de un disentérico - no pretendo hablar en este espacio, en primer lugar porque este merluzo está en todo su derecho de lanzar estolideces al aire (como yo); y sobre todo, por temor a que el Dietrich Eckart criollo ponga en marcha a su propia Gestapo, así que por lo pronto nos ocuparemos de esa lluvia de boñiga que compone su programa.

Como primera medida, quiero que presten atención a la siguiente imagen tomada a la escenografía del programa:



... dos pantallas, un panel y unos libros de Torre de Papel - Torre Roja (para niños de 7 años en adelante) y fotos de Uribe en tanga componen este miserable set, iluminado tenuemente como si se tratara de la zona "reservada" de Dommo's Pizza, o en su defecto, de un burdel de mala muerte donde las casquivanas superan los cincuenta y pico de años. Y en medio de tantas heces fecales televisivas juntas, tenemos al Walther Darré antioqueño recibiendo sandeces en su Black Berry mientras tilda de guerrilleros y atacantes del sano espíritu del pueblo alemán colombiano, a todo aquel que ose demeritar los avances y esfuerzos de la política de seguridad democrática. Quieren una verdadera lluvia de detritos y otras inmundicias? Deléitense mis amados coprofílicos con este verdadero tifón de deposiciones:



"El Programa de José Obdulio" se perfila como un perfecto antídoto para todos aquellos que sufren de estreñimiento, intestino perezoso, defecación infrecuente o heces escasas. Una agradable manera de forzar los músculos intestinales para lograr una correcta evacuación, mientras José O. habla tonterías durante una hora, con un sólo camarógrafo que seguramente se deleita con un jugo "Piti" mientras le poncha la calva al único protagonista de esta mentira de "programa periodístico y opinión". ¿Para qué carajos invitados, para qué carajos discusión, debate, opinión, ideas si la voz de Jose O. es la voz de dios? ¿Para qué conversar y debatir si este personaje porta el estandarte de la odiosa en infame verdad revelada? Bastante curioso que este señor en cada programa se vanaglorie de las 50.000 visitas en YouTube, cuando la verdad es que personajes como La Tigresa del Oriente, Delfin Quishpe y hasta Doña Gloria, la vieja vulgar del MetroCable, multiplican por 10 las miserables visitas a sus videos en Youtube

Nefasto, mediocre, pobre, infecto, aburrido, un maloliente zurullo es este programa que espero sea relegado al profundo olvido lo más rápido posible. Un monólogo anodino que entra al competido (y bastante mediocre) mundo de los programas de opinión latinoamericanos que no son más que una triste representación de los deseos dictatoriales de las clases dirigentes que pretenden convertir a sus pueblos en muertos cerebrales seguidores de doctrinas infames que benefician a los ricos y poderosos mientras depredan las tierras ancestrales de indios y campesinos. En lugar de perder neuronas viendo porquerías fecales como este programa, lea un libro, embriáguese, concurra donde prostitutas o invoque demonios mientras Jose O. presenta como innegables sus dogmas que causan ahogamiento y una lastimera sensación de afligirnos hasta la eternidad por nuestros trágicos pasos que evocan la calamidad por no aferrarnos a los salerosos y cómodos brazos de la esperanza de nuestro mesías, salvador y redentor de este pueblo condenado a los vejámenes de la historia universal.